Prueba de esfuerzo o ergometría

Uno de los síntomas por el que los pacientes acuden al cardiólogo es haber presentado dolor torácico al realizar esfuerzo físico, como subir escaleras o caminar por una pendiente.

Lo habitual es que el dolor ya no esté presente cuando usted acude a la consulta, por lo que el reto del médico es investigar qué sucedió en el momento en que se presentaron los síntomas.

Las pruebas que podemos hacer en la consulta aportan información sobre el estado de su corazón en ese instante (habitualmente en reposo y sin síntomas), y no siempre son suficientes para llegar al diagnóstico.

Para obtener más información, al cardiólogo puede interesarle saber cómo se comporta su corazón en el momento de realizar algún esfuerzo físico.

Para reproducir estas condiciones en un ambiente vigilado, se indica la realización de la prueba de esfuerzo.

Debemos aclarar que la prueba de esfuerzo también puede solicitarse por otros motivos como es el caso del estudio de algunas arritmias cardíacas, o para comprobar la capacidad de esfuerzo de cada paciente.


¿De qué se trata esa prueba de esfuerzo?

Es una prueba consistente en la realización de un esfuerzo físico en un ambiente vigilado para poder analizar cómo se comporta su corazón en esas condiciones. El estudio del corazón se realiza observando continuamente tanto el comportamiento de la tensión arterial como el electrocardiograma del paciente mientras camina en una cinta rodante similar a las que existen en los gimnasios.


¿Cómo se realiza?

  • A su llegada, se le colocarán unos electrodos en el pecho para registrar la actividad cardíaca. Puede ser necesario limpiar la zona con alcohol o incluso rasurar el vello en lo varones para mejorar la calidad del registro. Es recomendable no aplicarse cremas en la piel ese día.
  • Esos electrodos se conectan a su vez a un monitor que visualiza en tiempo real el electrocardiograma del paciente; además, se coloca un manguito en el brazo para poder  medir la presión arterial durante el esfuerzo.
  • Una vez se activa la cinta, esta comienza a moverse de forma muy lenta para que el paciente se pueda adaptar.  Cada 3 minutos varía automáticamente la velocidad e inclinación para conseguir un esfuerzo progresivamente mayor. La prueba no tiene una duración fija, depende de su capacidad o su edad, por ejemplo. Lo habitual es caminar durante aproximadamente 7 minutos.
  • En el momento en que haya llegado a su límite de esfuerzo o presente síntomas importantes, el médico detendrá progresivamente la cinta para comenzar la fase de recuperación.
  • La cinta se puede detener en cualquier momento, aunque, es importante que sepa que, cuanto más esfuerzo es usted capaz de realizar, más información nos va a aportar la prueba.
  • Durante la realización de la ergometría o prueba de esfuerzo, siempre estarán presentes el médico y la enfermera responsables, con los que usted se podrá comunicar en todo momento.

¿Qué puedo sentir?

Lo habitual es sentir fatiga por el esfuerzo que se realiza, pero también puede sentir dolor en el pecho, ya que una de las razones para hacer esta prueba es intentar desencadenarlo para analizar lo que ocurre en ese momento. Debe comunicar al personal sanitario todo lo que sienta, ya que siempre va a estar acompañado y vigilado.

Aunque el riesgo de complicaciones importantes es muy bajo, al igual que muchas otras pruebas médicas, antes de realizar la prueba de esfuerzo, debe leer atentamente y firmar el formulario de consentimiento informado.   


¿Dónde se realiza?

El estudio se realiza en el hospital, en la zona de pruebas de cardiología. Se dispone de una sala especialmente acondicionada bajo la supervisión de un médico y una enfermera.


¿Cuándo le comunican el resultado?

La prueba es realizada por un cardiólogo, que le informará convenientemente del resultado e implicaciones de la prueba así como del seguimiento previsto. En función del resultado del test, el cardiólogo podría modificar alguno de los fármacos que toma o incluso solicitarle alguna prueba adicional.

 


Medidas para el paciente:

  • El paciente debe acudir en unas condiciones adecuadas para la realización de un esfuerzo: ropa cómoda, un calzado adecuado para caminar y tras realizar un desayuno habitual (tanto el ayuno prolongado como una comida muy copiosa no son recomendables).
  • En ocasiones es necesario suspender alguna de las medicaciones. Será informado de ello por el médico o la enfermera con antelación.
  • Se requiere haber firmado un consentimiento informado.

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Autor

  • Dr. Manuel López Pérez

Cardiólogo. Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol.

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Ecocardiograma de estrés farmacológico

¿Qué es?

Existen pacientes con dificultades para moverse, pero en los que también nos interesaría saber cómo se comporta el corazón en condiciones de ejercicio. La ecocardiografía de estrés farmacológico es como una prueba de esfuerzo en la que, en vez de utilizar el ejercicio físico como método para forzar el corazón, se usan una serie de fármacos que simulan el efecto del ejercicio físico sobre el organismo. La evaluación cardíaca se combina con una ecografía para observar cómo se comporta el corazón ante este estrés.


¿Para qué se realiza?

Se utiliza, al igual que la prueba de esfuerzo, para el estudio del dolor torácico, pero en aquellos pacientes en los que, por problemas articulares o de otro tipo, no pueden realizar un esfuerzo caminando en una cinta.


¿Cómo se realiza?

Se aplican varios de los principios que se usan para un ecocardiograma de ejercicio.

  • El paciente se desnuda de la cintura para arriba y se tumba en una camilla donde se canaliza una vía venosa para administrar los fármacos.
  • Se colocan unos electrodos para vigilar el ritmo cardíaco de modo constante.
  • Se realiza una ecocardiografía basal (en condiciones de reposo) antes de empezar la administración del fármaco.
  • El fármaco se administra en dosis crecientes hasta obtener el efecto deseado. Se trata de que el corazón acelere sus pulsaciones y esto puede alcanzarse pasados 10 a 15 minutos después de iniciado la administración del fármaco. Cuando el nivel de estrés en el corazón es elevado se adquieren nuevas imágenes con el ecocardiógrafo  y se comparan con las que se tomaron en reposo. Tras registrar las imágenes deseadas se suspende la administración del fármaco.
  • El test se da por finalizado cuando el corazón vuelve a su situación de reposo aproximadamente 15 minutos tras suspender el fármaco.


¿Qué puedo sentir?

Se tratan de técnicas con muy bajo riesgo de complicaciones, aunque debemos entender que estamos utilizando fármacos intravenosos. El riesgo de arritmias es bajo y depende de cual sea el grado de enfermedad que tenga su corazón. Dependiendo del fármaco que se utilice puede sentir:

  • Dobutamina: sensación de palpitaciones (estamos acelerando el corazón encontrándose usted en reposo).
  • Dipiridamol: mareo, cefalea, calor y sudoración.


¿Dónde se realiza?

Se realiza en el hospital, en la zona de pruebas de cardiología, en una sala habilitada para ello, y supervisada en todo momento por médicos y enfermeras.


¿Cuándo sabrá el resultado de la prueba?

Al igual que en el ecocardiograma de esfuerzo, las imágenes tomadas durante el estudio deben ser procesadas en un ordenador para evaluar algunos detalles que deben ser definidos con exactitud. Este análisis demora aproximadamente media hora y se realiza inmediatamente después de terminar la prueba, por lo que el cardiólogo que realiza el estudio puede explicarle los hallazgos más relevantes.

Usted será citado para una consulta posterior donde recibirá el informe definitivo. Cuando los hallazgos son muy relevantes o implican alguna medida terapéutica adicional, se adelantará la cita de revisión o se tomarán otras medidas según cada caso.


Autor

  • Dr. Manuel López Pérez

Cardiólogo. Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol

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Cardioversión eléctrica

El corazón ocupa un lugar central en el sistema cardiovascular. Es un órgano muscular que se encarga de bombear la sangre para que ésta circule por los vasos sanguíneos y transporte oxígeno y nutrientes a cada una de las células de nuestro cuerpo.

Para poder realizar esta función está formado por 4 cavidades, dos aurículas y dos ventrículos; un sistema de válvulas cardíacas que impide que la sangre circule en sentido inverso; y un tejido nervioso, formado por fibras especializadas, que son capaces de generar estímulos eléctricos que garantizan tanto que el corazón no deje de latir, como que lo haga a un ritmo y frecuencia determinada.

En las arritmias cardíacas, ese sistema nervioso funciona mal, y produce demasiados estímulos, o lo hace de forma mal coordinada.

Las arritmias dificultan la función normal del corazón y, en última instancia, comprometen la cantidad de sangre que el corazón puede bombear. Esto puede tener repercusiones graves para la persona que las padece; en estos casos es importante eliminarlas.

Existen dos modos de tratar estas arritmias: una es por medio de fármacos específicos que actúan sobre este tejido eléctrico del corazón;(fármacos antiarrítmicos) y la otra, por medio de la aplicación sobre el corazón de una corriente eléctrica, que es lo que se denomina cardioversión eléctrica.


¿De qué se trata?

Se trata de un procedimiento cuyo objetivo es restaurar el ritmo cardíaco normal de su corazón. Se realiza de forma programada, habitualmente con tiempo de antelación; y consiste en aplicar una descarga eléctrica controlada sobre corazón. Este impulso eléctrico va a resultar lo suficientemente fuerte como para detener cualquier señal eléctrica del corazón, incluyendo esa señal anormal que provoca la arritmia; y dejar que el tejido normal, esas fibras especializadas mencionadas, recupere el mando sobre el ritmo cardíaco. De alguna forma, podemos hacernos una idea si pensamos en lo que pasa con un dispositivo electrónico al oprimir el botón “Reset”, que apaga el sistema, y lo reinicia de nuevo con la programación original.

La cardioversión se realiza con un aparato llamado desfibrilador, que, básicamente, consta de una batería y unos cables que se ponen en contacto con el paciente por medio de unos adhesivos que se pegan en el pecho. A veces los adhesivos son sustituidos por “palas” metálicas que se aplican directamente sobre el paciente. El procedimiento debe hacerse en un hospital, y, concretamente, en una sala que disponga de sistemas para poder controlar su ritmo cardíaco en todo momento.

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Unos instantes antes de la cardioversión, se administra un anestésico para dormir al paciente y evitar cualquier sensación desagradable que éste pueda tener. Sus médicos controlarán continuamente su ritmo cardíaco mediante un monitor mientras esté dormido. Cuando todo esté preparado, se procede a aplicar una descarga eléctrica.

Si con la primera descarga no logra recuperar el ritmo normal, se puede administrar una segunda descarga, habitualmente de mayor intensidad.

No deberá sentir dolor durante la cardioversión, aunque las zonas donde se ha aplicado la corriente podrían quedar algo doloridas durante dos o tres días.

Tras el procedimiento, se mantiene el registro continuo de su ritmo cardíaco durante dos o tres horas; y, si no hay complicaciones, podría ser dado de alta con seguridad a su domicilio.

Debe tener en cuenta que en uno de cada 10 casos no se logra recuperar el ritmo normal; y que los pacientes que sí logran restaurar el ritmo no están libres de volver a tener un nuevo episodio de arritmia más adelante.

Los pacientes con más posibilidades de que la cardioversión no sea eficaz, o a que la arritmia recurra después del procedimiento, son aquellos con enfermedad más avanzada en el corazón. Este es el motivo por el cual no todos los pacientes con arritmias se someten a esta técnica. Su médico le explicará cuál es la mejor opción para usted, en función de sus características.

Un aspecto de importancia vital antes de someterse a una cardioversión es vigilar el estado de la coagulación. Se sabe que algunos pacientes con arritmias tienen predisposición a que se formen coágulos de sangre dentro del corazón. Si éste es el caso, el procedimiento de la cardioversión añade un riesgo de que el coágulo se desprenda del corazón y podría ser impulsado hacia el torrente sanguíneo. Si un coágulo llega hasta el cerebro y obstruye una arteria, podría causar un accidente cerebral vascular o ictus con importantes secuelas.

Por este motivo, antes de realizar el procedimiento debemos intentar reducir al máximo la posibilidad de que exista un coágulo en el corazón. Esto se logra gracias a los fármacos anticoagulantes, cuyo objetivo es disminuir la capacidad de coagularse de la sangre y así hacerla más fluida.  Para reducir el riesgo al máximo, el paciente debe mantenerse bien anticoagulado al menos 3 semanas antes y 4 semanas después de la intervención. El mantenimiento del tratamiento anticoagulante a largo plazo dependerá de sus características individuales, y no de que la cardioversión resulte o no exitosa. Su médico comentará este aspecto con usted.


Autor

  • Dr Emiliano Fdez-Obanza Windscheid

Cardiólogo. Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol.

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Holter subcutáneo

¿Qué es un monitor cardíaco subcutáneo?

Algunas de las enfermedades de que se ocupa la cardiología se presentan de modo episódico.  Un ejemplo de ello es la lipotimia o síncope, que se define como la pérdida de conciencia súbita, de pocos segundos de duración, y recuperación completa posterior. Dada la naturaleza transitoria del cuadro, lo habitual es que cuando estos pacientes reciben atención médica, ya se han recuperado completamente. El reto de su médico es determinar lo que sucedió exactamente en el momento en que usted perdió el conocimiento.

En el momento de la evaluación, además de indagar en sus antecedentes, su médico realizará una exploración física detallada y realizará una serie de pruebas disponibles en la consulta como puede ser la medida del azúcar, la tensión arterial y realización de un electrocardiograma.

Los datos obtenidos en la primera evaluación del paciente habitualmente son suficientes para establecer un diagnóstico de la situación que causó el desmayo, sin embargo, esto no siempre es así y su médico puede requerir algún estudio complementario adicional.

Una causa poco frecuente pero potencialmente grave de la pérdida de conciencia es que el ritmo cardíaco sea excesivamente lento o incluso excesivamente rápido, porque en estas condiciones la cantidad de sangre que puede bombear el corazón no es suficiente, y podemos sentir mareo intenso y debilidad, o incluso  llegar a perder el conocimiento de forma transitoria.

Cuando la alteración del ritmo es mantenida, es fácil para su médico detectar esa alteración con la realización de un electrocardiograma, y tomar las medidas oportunas para resolver el problema, como puede ser el implante de un marcapasos.

Algo que nos dificulta a los médicos llegar al diagnóstico es que, en algunas personas, los trastornos del ritmo cardíaco se presentan sólo de forma intermitente. Cuando sospechamos que ésta pueda haber sido la causa del desmayo, la única forma que tenemos de detectar estas anomalías es haciendo un registro continuo de la actividad cardíaca.

Este registro puede hacerse bien durante el ingreso hospitalario, o bien de forma ambulatoria (en su domicilio) mediante un Holter que registra el ritmo cardíaco durante 24 horas.

Cuando los episodios ocurren de forma muy esporádica (una vez cada 2 o 3 meses, por ejemplo) el Holter de 24 horas no nos va a aportar suficiente información. Para estos casos, y sobre todo cuando los pacientes tienen determinadas condiciones de riesgo añadidas, disponemos de un dispositivo capaz de registrar de forma continua el ritmo cardíaco por un período de hasta 2 o 3 años: el monitor cardíaco subcutáneo, también llamado Holter subcutáneo, que se implanta bajo la piel por medio de una intervención quirúrgica.

El papel del Holter subcutáneo es únicamente registrar la actividad cardíaca. Hay que aclarar que, cuando tenga este dispositivo implantado, no está libre de tener un nuevo desmayo; sin embargo, si esto sucede, podremos saber a ciencia cierta cuál ha sido la causa del mismo, y poner los medios para evitar que vuelva a suceder.

El Holter subcutáneo puede indicarse también para el estudio de otro tipo de pacientes con sospecha de arritmias cardíacas, pero, tanto en estos casos como en el estudio de los desmayos, la indicación de implantar este tipo de dispositivo está restringida a pacientes muy seleccionados, y siempre después de la realización de un estudio clínico exhaustivo.


¿Qué es el monitor cardíaco subcutáneo?

Se trata de un dispositivo unos 5 o 6 cm. de largo y menos de 1 cm. grosor que se implanta en el pecho, debajo de la piel, concretamente en la parte superior del tórax, no muy lejos del corazón, para garantizar la calidad del registro de la actividad cardíaca. La implantación del monitor es un procedimiento sencillo; que no requiere ingreso; y que dura de 15 a 20 minutos.

El procedimiento se realiza en el quirófano, bajo anestesia local, por lo que estará despierto y podrá comunicarse en todo momento con el personal médico o de enfermería. Consiste en realizar una incisión de 1 a 2 cm a través de la que se inserta el monitor por debajo de la piel, a unos 8 milímetros de la superficie.  A continuación, se cierra la incisión, y se le indicará como realizar las curas de la herida.

Tras el implante, se le proporcionará un dispositivo de control remoto que permite activar externamente la grabación del registro en el momento en que usted presenta algún síntoma. Ya hemos mencionado que el monitor registra la actividad cardíaca de modo constante, y está programado para grabar automáticamente cuando detecta anomalías del ritmo, sin embargo es posible que sus síntomas no tengan relación con un trastorno en la actividad cardíaca. Es ese caso el monitor no registrará nada y sólo la activación externa nos permitirá almacenar la información de lo que ha sucedido en ese momento.

Lo ideal es que el control remoto se active lo antes posible, cuando uno presenta síntomas. Si usted ha presentado pérdida de conciencia y no ha podido activarlo en ese momento, no se preocupe, puede activarlo en el momento de recuperarse, porque el dispositivo registra la información de todo lo que sucedió en los 5 minutos anteriores a la activación.

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Imagen de activador por control remoto y modo de activación.

Lleve siempre consigo el activador: cuando presente síntomas o después de recuperarse de un desmayo, pulse el botón de encendido y acérquelo a la región donde se le ha implantado el dispositivo. En ese momento se encenderá una luz que indica que la grabación se ha realizado.

Si no puede localizar el activador de paciente en unos pocos minutos, sencillamente anote el día y la hora de sus síntomas, y entregue esta información a su cardiólogo el día de la consulta.


¿Qué riesgos tiene?

Todos los procedimientos quirúrgicos entrañan cierto riesgo. Dado que el monitor cardíaco se implanta bajo la piel, hay un riesgo ligero de infección, de que el dispositivo se mueva o asome a través de la piel, o de hipersensibilidad al material metálico del monitor cardíaco. Los riesgos de que ocurra algo grave son escasos.


¿Si me implantan un monitor cardíaco subcutáneo, tendré que cambiar mi rutina diaria?

En general, las personas que tienen un monitor cardíaco subcutáneo implantado pueden realizar casi todas sus actividades normales. Puede nadar, bañarse y practicar ejercicio con el monitor cardíaco sin temor a dañarlo.


¿Puedo llevar un monitor cardíaco subcutáneo si no he tenido ningún síncope?

Sí, existen otros motivos por los que su médico pudiese decidir que un monitor cardíaco subcutáneo es conveniente para usted. Entre ellos se encuentran la detección de una arritmia cardíaca muy común conocida como fibrilación auricular. Es posible que si sufre palpitaciones muy a menudo, o ha sufrido un accidente cerebrovascular sin explicación, su médico pueda recomendar la implantación del monitor cardíaco subcutáneo.


¿Se activará el monitor cardíaco subcutáneo al pasar por los arcos de seguridad del aeropuerto?

Es improbable que los arcos de seguridad del aeropuerto interfieran con su monitor cardíaco subcutáneo. Sin embargo, es posible que detecten los componentes metálicos y disparen la alarma. Puede ser necesario presentar la tarjeta de identificación del dispositivo para obtener autorización. Puede solicitar una exploración manual en lugar de pasar por los arcos de seguridad.


¿Cómo conozco el resultado del registro?

El dispositivo se analiza cuando usted acude a la consulta con un equipo especial que nos permite identificar los eventos que ha presentado desde la última visita. En nuestro hospital recomendamos a los pacientes que han sentido la necesidad de activar el dispositivo, que acudan al día siguiente a la consulta para interrogar el monitor cardíaco subcutáneo.

Algunos dispositivos disponen de un monitor que el paciente se lleva al domicilio. Este equipo envía automáticamente la información a un servidor que puede consultar su médico responsable. En caso de detectar anomalías relevantes se pondrán en contacto con usted para hacerle las recomendaciones pertinentes.


¿Cómo se hace para retirar el dispositivo?

La vida útil del monitor cardíaco subcutáneo es aproximadamente dos años. Si después de este período no se han detectado arritmias y decide retirarse el mismo, tendrá que hacerse en quirófano con una intervención menor que no requiere ingreso.


Autores

  • Ing. Fernando Moinelo Delgado.

 Delegado Medtronic®

  • Dr. Emiliano Fdez-Obanza Windscheid.

Cardiólogo. Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol.

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