¿Qué es la insuficiencia cardíaca?
El corazón ocupa un lugar central en el sistema cardiovascular. Se encarga de bombear la sangre para que ésta circule por los vasos sanguíneos transportando oxígeno y nutrientes a cada una de las células de nuestro cuerpo.
Hablamos de insuficiencia cardíaca cuando la fuerza del corazón está debilitada. Y, así, el corazón no es capaz de bombear la suficiente cantidad sangre para nutrir de forma adecuada al resto del organismo.
¿Qué importancia tiene y cuál es su frecuencia?
La insuficiencia cardíaca es un problema de salud de gran importancia. Afecta alrededor de un 5% de las personas en España, y al igual que la mayoría de las enfermedades cardiovasculares, es más frecuente en las edades avanzadas de la vida.
Es una enfermedad crónica, y su evolución clínica habitualmente cursa con períodos de descompensación que alternan con etapas de estabilidad. Las descompensaciones de esta enfermedad suponen un motivo muy frecuente de hospitalización; tanto es así, que se ha convertido en el motivo más frecuente de ingreso en nuestros hospitales, en mayores de 65 años.
A medida que se produce un envejecimiento de la población en los países industrializados hay más personas en el mundo que padecen insuficiencia cardíaca, por lo que muchos expertos coinciden al considerar a esta enfermedad como la “epidemia cardiovascular” del siglo XXI.
¿Cuál es la causa de la insuficiencia cardíaca?
Detectar la causa que ha producido la insuficiencia cardíaca es muy importante para tratar adecuadamente esta enfermedad. Identificar cuál o cuáles han sido los motivos en su caso constituye un objetivo fundamental para el médico que le estudie.
Diferentes situaciones pueden conducir a que el corazón se debilite y, por tanto, ser causa de insuficiencia cardíaca. La causa más frecuente para el desarrollo de insuficiencia cardíaca en España es la enfermedad de las arterias del corazón, también denominada cardiopatía isquémica. Cuando las arterias del corazón se obstruyen, no pueden proporcionar suficiente oxígeno y nutrientes al músculo cardíaco, y éste se debilita. Así, aquellas personas que han padecido angina de pecho o infarto de miocardio tienen más posibilidades de presentar insuficiencia cardíaca.
Otra causa que puede ser responsable del funcionamiento anormal del corazón es la hipertensión arterial no controlada, porque fuerza al corazón al obligarlo a trabajar contra resistencia. Los problemas en las válvulas del corazón, la diabetes, o el alcohol excesivo, así como algunas drogas, también pueden ser causa de que el corazón se debilite y se produzca insuficiencia cardíaca.
¿Qué síntomas produce?
Es importante entender que el corazón ocupa un lugar central del sistema cardiovascular y su misión es bombear la sangre y hacer que ésta circule para poder mantenernos vivos. La sangre impulsada por el corazón está cargada de oxígeno y nutrientes; al llegar a cada célula se depositan estas sustancias y la sangre recoge dióxido de carbono y sustancias de desecho que van a ser eliminadas. Este ciclo se repite de forma continua a lo largo de toda nuestra vida.
Para hacernos una idea, pensemos en una bomba de agua mueve el agua dentro de un circuito cerrado.
Cuando el corazón se debilita, pueden tener lugar dos tipos de consecuencias. Por una parte, si el corazón no es capaz de bombear toda la sangre que le llega, una parte de esa sangre va a quedar “atrás”. El volumen que no es capaz de bombear produce acumulación de líquidos “como cuando a consecuencia de una crecida en un río se anegan los campos de cultivo de la ribera”. Por otra parte, la otra consecuencia de la debilidad del corazón es que no va a ser capaz de impulsar suficiente sangre oxigenada y con nutrientes hacia el cuerpo para alimentar adecuadamente a todas nuestras células y organismo.
1. Manifestaciones clínicas debidas a retención de líquidos:
La distribución de los líquidos no siempre es igual en todos los pacientes. En algunos predominan los síntomas por la retención de líquido en los pulmones, mientras que, en otros, se manifiesta más la retención de líquidos en piernas y abdomen. En etapas más avanzadas de la enfermedad, suelen presentarse simultáneamente retención de líquidos en pulmones, piernas y abdomen.
2. Manifestaciones clínicas debidas a la incapacidad del corazón para nutrir adecuadamente a los diferentes órganos y tejidos:
Para que los órganos y tejidos del cuerpo funcionen de un modo óptimo necesitan estar adecuadamente nutridos por la sangre cargada de oxígeno y nutrientes que es impulsada por el corazón. Si el bombeo del corazón se debilita mucho, casi cualquier órgano puede verse afectado, aunque lo más frecuente es lo siguiente:
¿Cómo es la evolución de la insuficiencia cardíaca?
Como se ha comentado previamente, en las fases iniciales de esta enfermedad es relativamente frecuente no percibir ningún síntoma.
Una vez que se desarrollan los síntomas, el personal sanitario que le atiende intentará estabilizarle con medicamentos para intentar mejorar su calidad de vida y aumentar su supervivencia. Si usted sigue los consejos de su médico, en muchas ocasiones podrá lograr alcanzar de nuevo una situación estable en la que incluso puede que desaparezcan totalmente los síntomas.
Pero la insuficiencia cardíaca es una enfermedad crónica y progresiva; y es habitual que entre períodos de estabilidad puedan presentarse crisis o descompensaciones que obliguen a modificar su tratamiento, o incluso a ingresar en el hospital.
En algún momento u otro, todos los pacientes con esta enfermedad van a sufrir alguna descompensación. El desarrollo de descompensaciones supone un “sobreesfuerzo” adicional para su corazón, y puede contribuir a debilitarlo todavía más. Por todo ello, resulta fundamental evitar que éstas aparezcan, o, al menos, tratar de detectarlas lo antes posible cuando se presentan.
Existen varios factores que pueden favorecer la aparición de descompensaciones, y resulta especialmente importante conocer todos aquellos que usted pueda evitar. El médico que le atienda intentará determinar si ha existido algún factor que haya precipitado la descompensación, y le ayudará a reconocerlo para que pueda evitarlo en el futuro.
POSIBLES PRECIPITANTES DE UNA DESCOMPENSACIÓN DE INSUFICIENCIA CARDIACA:
En otras ocasiones no se identifica ningún factor precipitante de la descompensación.
¿Cómo se diagnostica?
Además de la presencia de signos y síntomas antes mencionados, para llegar al diagnóstico de insuficiencia cardíaca, se requiere la realización de una ecografía de su corazón, también conocido como ecocardiograma (ver también pruebas cardíacas).
La ecografía cardíaca es un prueba inocua que nos permite ver como se mueven las paredes del corazón y resulta fundamental, tanto para confirmar que el corazón está realmente debilitado, como para evaluar otra posibles anomalías cardíacas que puedan estar contribuyendo.
Ecocardiograma Normal | Ecocardiograma de paciente con insuficiencia cardíaca |
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Junto con los valiosos datos que nos proporciona la ecocardiografía, es habitual que se soliciten otros estudios complementarios para garantizar un manejo óptimo de su enfermedad. Su médico le indicará cuáles son las pruebas más adecuadas en su caso.
¿Existe un tratamiento eficaz?
Afortunadamente, en las últimas décadas, se ha avanzado mucho en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. Además de las medidas sobre la dieta y el estilo de vida, disponemos de tratamiento altamente efectivo (explicado más adelante en este texto). Los objetivos del tratamiento son:
1) Aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
2) Evitar las descompensaciones y, por tanto, la necesidad de hospitalización.
3) Prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad.
4) Mejorar la supervivencia de los pacientes con insuficiencia cardíaca.
El pilar más importante del tratamiento para mejorar el pronóstico es el TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO. Existen varias clases de fármacos que pueden ayudar a mejorar su calidad de vida, retrasar la progresión de su enfermedad y mejorar la supervivencia. Los principales grupos son los llamados betabloqueantes, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECAs) o antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARA II) y los antagonistas del receptor mineralocorticoideo. Los diuréticos constituyen otro grupo farmacológico comúnmente utilizados para eliminar el exceso de líquido que se tiende a retener en esta enfermedad.
El médico determinará en cada paciente particular cuál es la combinación de fármacos que mejor de ajuste a sus necesidades individuales.
Habitualmente estos tratamientos se inician a dosis bajas y se incrementan progresivamente según la tolerancia de cada paciente. El hecho de que su médico intente ajustar el tratamiento de forma individual es algo muy positivo. Si la dosis de estos fármacos está bien ajustada, la evolución de su enfermedad será más favorable, evitará o disminuirá el riesgo de recaídas o descompensaciones, y alargará su vida.
Durante la fase de ajuste de tratamiento, es posible que tenga que visitar frecuentemente a su médico y se realicen controles analíticos en muchas de estas revisiones. Este es el modo correcto de ajustar la medicación. Su médico intenta confirmar la dosis de tratamiento que más le beneficia y, simultáneamente trata de verificar que no le está causando ningún daño al resto del organismo.
Es importante que usted sepa que un mismo fármaco puede llamarse de diferentes formas. Aunque cada fármaco tiene sólo un nombre oficial denominado principio activo (nombre genérico), existen habitualmente varios nombres comerciales según la compañía farmacéutica que lo comercialice. Las regulaciones legales obligan por igual a los fármacos comercializados con nombre genérico como a aquellos con nombres comerciales.
En determinados pacientes, a menudo en etapas más avanzadas de la enfermedad, pueden ser necesarias otras opciones de tratamiento. Se denominan TRATAMIENTOS NO FARMACOLÓGICOS DE LA INSUFICIENCIA CARDIACA. Entre ellos destacan:
¿Cuál es su pronóstico?
Cuando no se instauran los tratamientos y cuidados adecuados, la insuficiencia cardíaca progresa rápidamente llegando a tener una elevada mortalidad. La expectativa de vida de los pacientes con estados avanzados de esta enfermedad va a ser menor que la de muchos tipos de cáncer.
Afortunadamente, el desarrollo de nuevos fármacos y otros tratamientos no farmacológicos han conseguido mejorar muy considerablemente la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes que sufren insuficiencia cardíaca.
¿Cómo puedo controlar y mejorar la insuficiencia cardíaca?
Para mejorar la evolución de su enfermedad es fundamental tener en cuenta tres aspectos:
a) Tomar correctamente la medicación.
b) Hábitos de vida saludables, dieta y otras recomendaciones.
c) Detectar signos de alarma.
a) Tomar correctamente la medicación.
Es esencial que usted recuerde que si toma bien el tratamiento que le ha prescrito su médico especialista vivirá más y mejor.
También resulta importante que sepa que los efectos beneficiosos de estos tratamientos no se notan de inmediato. Es posible que la mejoría no se consiga hasta que usted lleve semanas o incluso meses tomando el tratamiento.
Aunque usted se encuentre asintomático (sin síntomas de la enfermedad), no debe abandonar el tratamiento por propia iniciativa. El tratamiento adecuado actúa para prevenir la progresión de su enfermedad y sus recaídas.
b) Hábitos de vida saludables, dieta y otras recomendaciones.
El médico le recordará la importancia de llevar una vida saludable.
En cuanto a la dieta debe recordar:
Otras recomendaciones:
c) Detectar signos de alarma.
Como ya hemos mencionados antes, detectar lo antes posible que usted está empezando a “descompensarse” es fundamental para iniciar un tratamiento precoz y así limitar la crisis. Debe contactar con personal sanitario en las siguientes situaciones:
¿Dónde puedo conseguir más información sobre mi enfermedad y cuidados?
Bibliografía:
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Autora
Cardióloga. Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol.
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