Síncope o desmayo

El sistema cardiovascular garantiza que cada uno de los órganos de nuestro cuerpo reciba sangre rica en oxígeno y nutrientes. Del mismo modo que los músculos de las piernas necesitan esa sangre rica para poder moverse, nuestro cerebro también necesita recibir oxígeno y nutrientes para poder pensar con claridad, o simplemente para mantener la consciencia.


Si el flujo de sangre a nuestro cerebro se reduce de forma importante, o se interrumpe durante 3 ó 4 segundos, podemos tener sensación de mareo y confusión; si esta situación se prolonga durante más tiempo, de 6 a 9 segundos, siempre vamos a sufrir una pérdida de conciencia.


¿Qué es el síncope?

El síncope -popularmente denominado “desmayo”, “desvanecimiento” o “lipotimia”- consiste en una pérdida transitoria de la consciencia, habitualmente de menos de uno o dos minutos de duración, y con recuperación espontánea posterior y sin secuelas.
Se debe a una falta de irrigación sanguínea cerebral transitoria, y es un cuadro relativamente frecuente. En la mayoría de las ocasiones es benigno, es decir, que no va a poner en riesgo su vida. Sin embargo, es recomendable la evaluación por su médico, ya que a veces puede traducir un problema serio, sobre todo cuando usted padece una enfermedad cardíaca previa


¿Cuál es la causa del síncope?

Existen diversas causas. En general, se produce tras cualquier situación que produzca una bajada brusca y transitoria de la tensión arterial, o una bajada en las pulsaciones o la fuerza del corazón:

  • Dolor severo o repentino, o por ver algo que lo atemoriza o le causa un disgusto.
  • Un breve descenso de su presión arterial, que puede ocurrir cuando hace esfuerzo al orinar o tener una evacuación de heces, o al toser con fuerza durante mucho tiempo.
  • Permanecer de pie por mucho tiempo, o cuando se levanta rápidamente después de haber estado sentado o acostado.
  • Estar deshidratado, es decir, que su cuerpo ha perdido demasiado líquido, como puede ser en caso de haber tenido vómitos o diarrea importantes, o si suda mucho.
  • Algunos medicamentos como los diuréticos (eliminan líquidos) y los medicamentos para bajar la presión arterial también pueden producir desmayos.
  • Situaciones en las que el corazón bombea menos sangre al cerebro:
    • El corazón late muy rápido o demasiado lento.
    • Un ataque de corazón que daña el músculo que bombea la sangre.
    • Alteraciones en las válvulas cardíacas que impiden que la sangre circule adecuadamente.

Tener el ritmo cardíaco lento o pausas entre los latidos es una de la causas de síncope.


¿Es frecuente el síncope?

El síncope supone una causa muy frecuente de consulta médica, tanto en Atención Primaria como en urgencias del hospital.
Respecto a la edad a la que se presenta, existen dos etapas de la vida en que es más frecuente: entre los 10 y los 30 años, donde existe un mayor número de episodios en mujeres; y, gradualmente, a partir de los 60 años, donde no existe diferencia entre sexos. Es importante recalcar que, cuanto mayor es la edad a la que se presenta el síncope, mayores son las probabilidades de que tenga origen en una patología cardíaca relevante.


¿Qué síntomas puede tener?

Normalmente, el síncope ocurre estando de pie. Puede suceder de repente, o bien estar precedido por una sensación que los pacientes describen como:

  • Vértigo
  • Calor
  • Palmas de las manos sudorosas
  • Nauseas
  • Pérdida de visión o visión borrosa

¿Cuándo requiere atención urgente?

Aunque ya hemos dicho que la mayoría de los síncopes son benignos, debemos sospechar una patología potencialmente grave en caso de que el síncope sea precedido o acompañado de los siguientes síntomas o condiciones:

En general, todos los pacientes que presentan un síncope deberían ser evaluados por su Médico de Familia, aunque si presenta cualquiera de las condiciones antes mencionadas, es aconsejable que solicite ayuda en los servicios de urgencias 061.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico del síncope supone un reto para su médico. Piense que, como la pérdida de conciencia es breve, cuando usted llega a la consulta, ya se ha recuperado completamente. Su facultativo debe averiguar qué le ocurrió en el momento exacto en que usted perdió el conocimiento, lo cual, en ocasiones no es una tarea sencilla.
Para el diagnóstico del síncope, lo más importante es la entrevista con el paciente. La clave es obtener toda la información posible, por lo que resulta útil también la información que puedan proporcionar los testigos del episodio.

Durante la consulta, su médico puede hacerle preguntas del tipo:

  • ¿Notó que se iba a desmayar?
  • ¿Perdió completamente la conciencia?
  • ¿Sabía dónde estaba y qué le pasó cuando recuperó la conciencia?
  • ¿Hacía calor o había mucha gente?
  • ¿Es la primera vez que le pasa?
  • ¿Qué medicación toma habitualmente?

Los datos obtenidos de la entrevista clínica y la exploración física serán suficientes para determinar la causa del síncope hasta en la mitad de los casos. En la otra mitad, su médico tendrá que realizar pruebas que le ayuden a determinar el origen.
Entre los estudios complementarios pueden estar los siguientes:

  • Un electrocardiograma: Registra la actividad eléctrica del corazón y es muy importante para detectar alteraciones en la actividad o el ritmo cardíaco.

Fig. Electrocardiograma de un individuo con el ritmo cardíaco normal.

  • El registro Holter: Es como un electrocardiograma, pero con equipo portátil, que es capaz de analizar la actividad del corazón durante 24 horas seguidas. Nos sirve para detectar trastornos en el ritmo cardíaco que pudieran causar el síncope.
  • La prueba de esfuerzo: Este estudio básicamente trata de evaluar cómo se comporta el corazón cuando se somete a un esfuerzo físico, y es especialmente útil en el estudio de los pacientes que han sufrido síncope en relación con el esfuerzo.
  • La ecografía cardiaca: Nos permite ver cómo se mueve el propio músculo cardíaco, cómo funcionan las válvulas del corazón, y cómo circula la sangre por dentro de las cavidades cardíacas. Se indica en los casos en los que se sospecha que el síncope ha sido causado por alguna anomalía estructural en el corazón.

En casos muy concretos pueden requerirse otras pruebas adicionales.
Dispone de información adicional de estas pruebas en la sección dedicada a pruebas y procedimientos de la web.


¿Cómo se trata el síncope?

Como ya hemos mencionado, lo más importante es diagnosticar el origen del síncope, porque el tratamiento depende de su causa.
En los pacientes en que se ha descartado patología cardíaca relevante, el objetivo es identificar factores desencadenantes (levantarse bruscamente, permanecer mucho tiempo de pie, miedo ante la visión de sangre, etc.). En estos casos, el mejor tratamiento será evitar aquellas situaciones que provocan el síncope.
Medidas tan sencillas como beber más agua y evitar los cambios posturales bruscos pueden mejorar los síntomas, e incluso hacerlos desaparecer completamente.
En casos muy puntuales, su médico puede indicarle tratamientos farmacológicos o realizar intervenciones según el origen del problema:

  • Fludocortisona: para pacientes con tensión arterial muy baja a pesar de ingestión de agua y sal.
  • Betabloqueantes: en casos de ritmos rápidos del corazón.
  • Implante de marcapasos: en casos de ritmos lentos del corazón.
  • Implante de desfibrilador automático: cuando exista una enfermedad con alto riesgo de arritmias graves.

Recomendaciones generales

  • Acudir a su Médico de Familia para que evalúe su caso particular.
  • Evitar aquellas situaciones que provoquen los síntomas.
  • Realizar ingestión de agua adecuada, sobre todo en los pacientes de mayor edad que pierden el reflejo de la sed, y en los meses de más calor. En caso de ser pacientes con insuficiencia cardíaca, su cardiólogo le guiará sobre la ingestión de líquidos adecuada.

¿Dónde puedo obtener más información?

Autor:

  • Dr. Fernando García López

Cardiólogo. Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol.

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MIOCARDIOPATÍAS

¿Qué es una miocardiopatía?

El corazón es un órgano muscular formado por dos aurículas y dos ventrículos. Ocupa un lugar central en el sistema cardiovascular, y tiene la misión de bombear la sangre para que circule sin descanso durante toda nuestra vida.

Para que el músculo cardíaco (también llamado miocardio) realice su función de bombeo de forma adecuada, el corazón dispone de un sistema de válvulas (válvulas cardíacas) que garantizan que la sangre circule en una sola dirección; y, también, un sistema eléctrico constituido por fibras nerviosas que funcionan de forma autónoma, y que se encargan de regular la frecuencia a la que el corazón se contrae y se relaja. Además, dado que el propio músculo cardíaco también necesita oxígeno y nutrientes, existe una extensa red de vasos sanguíneos que lo nutren (arterias coronarias).

El mal funcionamiento de cualquiera de estas estructuras va a determinar que el músculo cardíaco no realice adecuadamente su función -a corto o medio plazo- y se presenten síntomas de la enfermedad.

La mayoría de las enfermedades del corazón son ocasionadas por problemas en las arterias coronarias que nutren al músculo cardíaco (cardiopatía isquémica, representada por angina de pecho o infarto de miocardio); problemas en las válvulas cardíacas (enfermedades de las válvulas cardíacas); o problemas en el tejido eléctrico (arritmias); que, secundariamente, afectan a la capacidad de bombeo del músculo cardíaco.

Sin embargo, algunas enfermedades del corazón se producen por una alteración primaria del propio músculo del corazón. Afectan a la capacidad del músculo cardíaco para bombear suficiente cantidad de sangre para transportarla a los diferentes órganos de nuestro cuerpo. Estas enfermedades se denominan miocardiopatías.

En algunas ocasiones, debido a la propia enfermedad del músculo del corazón se pueden formar arritmias y precipitar una parada cardíaca.  

Las miocardiopatías pueden ser de cuatro tipos, según la forma en que se manifiestan:

Miocardiopatía dilatada

Miocardiopatía hipertrófica

Miocardiopatía arritmogénica

Miocardiopatía restrictiva

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Miocardiopatía restrictiva

¿Qué es la miocardiopatía restrictiva?

La miocardiopatía restrictiva es una miocardiopatía donde una o ambas paredes de los ventrículos se ponen rígidas. Esto causa una dificultad para que los ventrículos se relajen adecuadamente y se llenen de suficiente sangre. Al ocurrir esto, es posible que el corazón no pueda bombear suficiente sangre a su cuerpo y la persona afectada podría sentirse muy cansada o incluso tener falta de aliento durante actividades de la vida diaria.

MIOCARDIOPATÍAS

¿Cuáles son las  causas?

La cardiomiopatía restrictiva a menudo es ocasionada por enfermedades en otras partes del organismo.

Una causa conocida es la amiloidosis cardíaca, una enfermedad a veces relacionada con trastornos sanguíneos. La amiloidosis es una enfermedad en la que las proteínas de ciertas células sanguíneas anormales se depositan en el tejido cardíaco, el cual se endurece y aumenta en grosor. (Los depósitos de estas proteínas se llaman «depósitos de amiloide».)

Otra causa conocida es un trastorno denominado hemocromatosis. Este trastorno, que se transmite de generación en generación (hereditario), da lugar a una acumulación de hierro en el organismo.

La sarcoidosis es una enfermedad inflamatoria que comienza con la aparición de masas o nódulos diminutos en forma de granos. Estas masas se conocen como «granulomas» y se presentan con más frecuencia en los pulmones o en los ganglios linfáticos. Los granulomas pueden unirse y formar masas más grandes que atacan a otros órganos. La sarcoidosis afecta con más frecuencia a la piel, los ojos o el hígado, pero también puede causar cardiomiopatía restrictiva. En otros casos, ciertas enfermedades producen otras sustancias que se depositan en las paredes del corazón engrosándolas y endureciéndolas.

¿Qué síntomas produce?

Los síntomas son similares a los de la insuficiencia cardíaca congestiva: una sensación de debilidad, cansancio y falta de aliento. Muchos pacientes sufren hinchazón en las piernas (edema). También es posible tener náuseas, distensión abdominal y falta de apetito. Estos síntomas muy probablemente se deban a una acumulación de líquido alrededor del hígado, el estómago y los intestinos. Con la cardiomiopatía restrictiva, también es común tener un ritmo cardíaco anormal (arritmia) y un trastorno denominado «bloqueo cardíaco».

¿Cómo se llega al diagnóstico?

El diagnóstico se sospecha al realizar un ecocardiograma y percibir alteración del llenado vventricular (dificultad para relajarse el corazón que no permite que se llene bien), pero sin afectarse la función de contracción (sístole). Como esta prueba no resulta definitiva para el diagnóstico, muchas veces se debe realizar también un cateterismo y una biopsia del miocardio (que consiste en coger y analizar una muestra del músculo).

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento de las miocardiopatías restrictivas es el mismo que el indicado para la insuficiencia cardíaca, y si es por depósito de sustancias, el tratamiento específico de la misma junto con el de la insuficiencia cardíaca. El tratamiento de la insuficiencia cardíaca se trata en otra sección de esta web.

¿Cuál es el pronóstico?

EL pronóstico en estos pacientes es variable, aunque desgraciadamente las opciones de tratamiento para la propia enfermedad no son buenas y el pronóstico se ensombrece. En algunos pacientes se podría contemplar como última opción el trasplante cardíaco, pero no en todos los casos es posible y eficaz.

Para saber más:

Puede obtener información adicional en castellano sobre las miocardiopatías, en los siguientes enlaces

https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/cardiomyopathy.html

http://www.texasheart.org/HIC/Topics_Esp/Cond/myopa_sp.cfm

http://www.fundaciondelcorazon.com/informacion-para-pacientes/enfermedades-cardiovasculares/miocardiopatias/miocardiopatia-restrictiva.html

Autores

  • Dr. Jorge Martínez Garrido

Cardiólogo. Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol.

  • Dr. Alejandro Rodríguez Vilela

Cardiólogo. Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol.

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Miocardiopatía arritmogénica

¿Qué es la miocardiopatía arritmogénica?

La miocardiopatía arritmogénica -llamada clásicamente Displasia Arritmogénica del Ventrículo Derecho (DAVD)- es un tipo de enfermedad primaria del músculo cardíaco, en la que ese músculo es sustituido progresivamente por grasa. Afecta fundamentalmente al ventrículo derecho, de ahí el nombre clásico. La grasa no tiene capacidad de contraerse, por eso el corazón va perdiendo fuerza a medida que avanza la enfermedad.

Otro problema derivado de la sustitución de parte del músculo cardíaco por grasa es que los estímulos eléctricos que producen la contracción cardíaca tampoco puede atravesar la grasa (es como un aislante), por lo que, en ocasiones, la mala transmisión de la señal eléctrica produce arritmias ventriculares malignas que pueden comprometer la vida; de hecho, la miocardiopatía arritmogénica es una de las causas más frecuentes de muerte súbita en personas jóvenes aparentemente sanas.

¿Cuál es la causa de la miocardiopatía arritmogénica?

La miocardiopatía arritmogénica forma parte de las cardiopatías hereditarias y la base de la enfermedad es genética.

Aunque están disponibles estudios genéticos, es un campo de estudio reciente y todavía está en fase de desarrollo; es posible que una persona con un gen anómalo no desarrolle la enfermedad. Por otro lado, también existen factores, como el ejercicio físico extremo, que puede hacer que alguien con un gen anómalo no sólo desarrolle la enfermedad, si no que ésta sea más severa.

En nuestro centro disponemos de una unidad específica para el manejo de estos enfermos que decidirá la conveniencia de los estudios aconsejables en cada caso.

¿Qué  síntomas produce la miocardiopatía arritmogénica?

Los síntomas frecuentes de la miocardiopatía arritmogénica están relacionados con alteraciones del ritmo cardíaco; y suelen aparecer con los esfuerzos físicos.

  • Palpitaciones. Que las personas describen de diferentes maneras:
    • Noto como un revoloteo en el corazón.
    • Siento el corazón muy rápido.
    • Mi corazón tiene perdidas de latidos.
    • Noto el pulso irregular.
    • Puedo sentir mi corazón golpeando mi pecho.
  • Mareo (Pre-síncope).
    • Yo noto mareo, inestabilidad, o debilidad en la cabeza.
    • Noto como si fuera a perder el conocimiento.
    • Se me va la cabeza, me da vueltas.
  • Desmayo (Síncope, pérdida de conocimiento).

Otros síntomas, menos frecuentes, y que suelen aparecer en fases más avanzadas de la enfermedad, son aquellos relacionados con la debilidad del corazón y la aparición de insuficiencia cardíaca, que se manifiesta fundamentalmente con sensación de debilidad, cansancio y falta de aliento.

¿Cómo se llega al diagnóstico?

El diagnóstico de la DAVD se basa en criterios internacionales que incluyen la historia clínica, la exploración física, el electrocardiograma, la ecocardiografía y la biopsia del ventrículo derecho. Las pruebas diagnósticas más importantes son el electrocardiograma de 12 derivaciones, el electrocardiograma de señal promediada, el Holter, la prueba de esfuerzo, y el ecocardiograma. Estos estudios son tratados con más detalle en la sección de pruebas y procedimientos en nuestra web.

Al igual que en el resto de las miocardiopatías, una parte del estudio de los pacientes incluye el estudio de los familiares, para identificar en fase precoz a otros miembros que pudieran estar afectados por la enfermedad.

¿Cómo se trata? 

Las opciones terapéuticas actuales incluyen el tratamiento farmacológico y la colocación de un Desfibrilador Implantable Automático (DAI), solo o en combinación.

Pese a que actualmente no existe cura, hay muchas maneras de adelantarse y de tratar las complicaciones de esta enfermedad. El tratamiento tiene cuatro objetivos específicos:

  • Identificar los pacientes en riesgo de muerte súbita, y ofrecerles medidas de protección específicas.
  • Prevención y control de arritmias.
  • Mejorar la capacidad contráctil del músculo cardíaco.
  • Diagnosticar o descartar la enfermedad en otros miembros de la familia.

El desfibrilador automático implantable (DAI) es la mejor protección disponible contra la muerte súbita cardíaca. Este dispositivo es similar a un marcapasos pero dispone de la capacidad de detectar determinadas arritmias graves, y tratarlas con descargas eléctricas.

Para el control de arritmias, se emplean diferentes fármacos antiartríticos.

Para saber más:

Puedes obtener información adicional en castellano sobre las miocardiopatías, en los siguientes enlaces:

https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/cardiomyopathy.html

http://www.texasheart.org/HIC/Topics_Esp/Cond/myopa_sp.cfm

Autores

  • Dr. Jorge Martínez Garrido

Cardiólogo. Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol.

  • Dr. Alejandro Rodríguez Vilela

Cardiólogo. Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol.

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